Los árboles.*
Porque somos como troncos de árboles en la nieve; en apariencia, están puestos lisos sobre ella, y con un pequeño empujó, uno debería hacerlos correr. No; no es posible, porque están fuertemente unidos al suelo. Pero mira... estos es, inclusive, sólo aparente.
*Cuento publicado originalmente en Contemplación, 1913 y recopilado en Relatos Completos, Ed. Losada, 2003
Franz Kafka (1883 - 1924)
Nota: hace unos días releí este corto y brevísimo cuento de Kafka y no pude resistirme a la tentación de subirlo aquí, espero que los disfruten.)